Moriré pero mi memoria sobrevivirá
Este tipo de libros nos hace reflexionar sobre lo poco que valoramos las cosas, no nos damos cuenta de lo bien que vivimos y en lo único que pensamos es en nuestro propio beneficio, somos personas egoistas por naturaleza.
El precio que hay que pagar para estar donde estamos hoy es que otros estén debajo de nosotros. Pero mi pregunta es la siguiente ¿Realmente ésta es la única opción existente o hay otras alternativas?
Sinopsis
Henning Mankell es conocido en el mundo entero por ser el creador del inspector Kurt Wallander, protagonista de una de las series policiacas más leídas en los últimos años. Menos conocido es, en cambio, el amor que Mankell siente por África, adonde viajó por primera vez de joven y donde pasa varios meses al año. África, afirma, le ha convertido en una persona mejor.
Moriré, pero mi memoria sobrevivirá es una muy personal reflexión sobre el devastador impacto de la epidemia del sida en ese continente. En parte crónica de viajes, en parte fábula real, Mankell nos lleva por algunos poblados de Uganda, en su mayoría habitados por niños y ancianos, los únicos que permanecen vivos. Nos habla del miedo de los occidentales al sida, pero sobre todo del terror y el dolor de los africanos afectados, faltos de recursos y fármacos. Y también nos habla de los pequeños «libros de recuerdos», escritos por enfermos de sida que quieren dejar un testimonio de sus vidas, para que sus hijos puedan recordarlos: unas palabras, una foto, una mariposa aplastada entre las páginas.
Una imagen, en particular, acecha a Mankell a lo largo de su viaje: la de una niña llamada Aida, hija de una madre afectada, que, en medio de la muerte y el sufrimiento, planta un árbol de mango y lo cuida como si fuera un fragmento de vida que crecerá y que, tal vez, resista a esa terrible pandemia.
Moriré, pero mi memoria sobrevivirá es una muy personal reflexión sobre el devastador impacto de la epidemia del sida en ese continente. En parte crónica de viajes, en parte fábula real, Mankell nos lleva por algunos poblados de Uganda, en su mayoría habitados por niños y ancianos, los únicos que permanecen vivos. Nos habla del miedo de los occidentales al sida, pero sobre todo del terror y el dolor de los africanos afectados, faltos de recursos y fármacos. Y también nos habla de los pequeños «libros de recuerdos», escritos por enfermos de sida que quieren dejar un testimonio de sus vidas, para que sus hijos puedan recordarlos: unas palabras, una foto, una mariposa aplastada entre las páginas.
Una imagen, en particular, acecha a Mankell a lo largo de su viaje: la de una niña llamada Aida, hija de una madre afectada, que, en medio de la muerte y el sufrimiento, planta un árbol de mango y lo cuida como si fuera un fragmento de vida que crecerá y que, tal vez, resista a esa terrible pandemia.
Su autor:
Henning Mankell nació en Estocolmo, Suecia, en 1948, y en la actualidad divide su tiempo entre Suecia y Mozambique, donde dirige el teatro nacional Avenida de Maputo. Es autor de numerosas obras de ficción y uno de los dramaturgos más populares de su país. No obstante, lo que lo ha convertido en un escritor de fama mundial es la serie de novelas policiacas protagonizadas por el inspector Kurt Wallander, publicadas por Tusquets Editores en nuestro país. Traducidas a treinta y siete idiomas, y aclamada por crítica y público, se han hecho numerosas películas y series de televisión de estas novelas
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